domingo, 9 de mayo de 2010

Salò del còmic: Liberatore, te odio

He tenido tres semanas de actividad frenética, tanta que no sé por donde empezar. Pero quizás por lo más reciente. El Salò del Còmic, es un ritual que siempre es entretenido, aunque los melancólicos echemos de menos la antigua ubicación, el público de antes y nos sobren estos grandes stands de los gigantes del entretenimiento. Me lo he pasado en grande, y el único punto negro fue una mala suerte tremenda en la cola de firmas para Liberatore. Yo iba ahí con una flamante copia de los años ochenta de Ranxerox en Nueva York, animada a que me la firmara aunque no suelo hacer eso de hacer colas muy a menudo... y menudo chasco. Cortaron la cola justo cuando me tocaba a mí, y ni mi mejor cara de perrita triste ni mis quejas convencieron al cabroncete de la organización (¿era realmente de la organización?) ni a Liberatore de que me firmara. Y es muy fuerte, señores, que en un contexto de salón del cómic (rabos mayormente, rabos que follan poco), donde era la única mujer en la cola del tontuelo del Liberatore, mis "encantos" no sirvieran de una mierda. Claramente estoy perdiendo facultades. Eso sí, tengo que decir que poco a poco el salò se feminiza y el perfil del aficionado a los cómics , el autor y el fanzinero va mejorando siendo cada vez seres más atractivos XD.

La parte buena es que estuve con muy buena compañía y compré bastantes ofertas interesantes, además de visitar el stand de mi fanzine favorito, el Chuck Norris, que tenían unos librillos a la venta que estoy deseando leer. También descubrí el fanzine Adobo, con autores con estilos bastante diferenciados para hacerlo interesante, y un humor negrillo que no está nada mal. !Y además los venden en La Central! Y en fin, agotador pero siempre una experiencia interesante. Para decorar, una muestra del talento gráfico de Liberatore (aunque sea un borde, que le vamos a hacer).

Yo quería un dibujo de Lubna, la chica de cómic con las tetas más pequeñas que existe, snif.