Debido mi inminente viaje a Japón, me temo que mis posts van a ser monotemáticos, antes y después. Ahora parece que irse a para allá es lo más usual del mundo, ya no es un destino tan inalcanzable como hace años para la gente con ingresos medio-bajos, y el interés por las curiosidades frikis, por la cultura popular de ese país, ha llevado a muchísima gente joven a ir. Además del exotismo del destino, y otros motivos más, claro. Para mi sigue siendo algo más o menos costoso de llevar a cabo en cuanto a tiempo y dinero, y un sueño de infancia hecho realidad. Por eso tengo una ilusión de niña al respecto. No sé si podré volver nunca!
Uno de mis miedos era no llegar a ver el hanami, pero parece que la primavera se ha adelantado. En todo caso, sino veo los cerezos en su esplendor, también está la floración de los ciruelos, también bastante espectacular en algunas zonas.
Me veo siguiendo atentamente los partes metereológicos casi como un japonés. Una de las cosas más graciosas de ese fenómeno, es la cantidad de cosas que giran alrededor de ello. Aquí hay varias curiosidades al respecto, desde decoración hasta disfraces. Me han gustado sobre todo la caja de bento y los pétalos de papel. Así, aunque no logre vivir la experiencia, podré lanzar unos cuantos pétalos falsos sobre mí misma una vez vuelva a Barcelona. Y mi ilusión es verlo sentadita y con comida, sake y cerveza a discreción, pero creo que encontrar un buen sitio es dificilísimo. He leido algo sobre que el cambio climático va a hacer que quizás no exista esta bonita tradición en unos años. Hablamos de retrasos o adelantos de semanas en la floración, o incluso no entrar los árboles en ella totalmente. Podemos tolerar las sequías y la escasez de comida, pero tener una excusa menos para emborracharse es inadmisible. Por último, dos acercamientos diferentes al hanami, embriagamiento estético o provocado por el alcohol:
Me veo siguiendo atentamente los partes metereológicos casi como un japonés. Una de las cosas más graciosas de ese fenómeno, es la cantidad de cosas que giran alrededor de ello. Aquí hay varias curiosidades al respecto, desde decoración hasta disfraces. Me han gustado sobre todo la caja de bento y los pétalos de papel. Así, aunque no logre vivir la experiencia, podré lanzar unos cuantos pétalos falsos sobre mí misma una vez vuelva a Barcelona. Y mi ilusión es verlo sentadita y con comida, sake y cerveza a discreción, pero creo que encontrar un buen sitio es dificilísimo. He leido algo sobre que el cambio climático va a hacer que quizás no exista esta bonita tradición en unos años. Hablamos de retrasos o adelantos de semanas en la floración, o incluso no entrar los árboles en ella totalmente. Podemos tolerar las sequías y la escasez de comida, pero tener una excusa menos para emborracharse es inadmisible. Por último, dos acercamientos diferentes al hanami, embriagamiento estético o provocado por el alcohol:
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