Pues la experiencia de ayer en LEM fue variada, en el sentido de pasar del gozo al aburrimiento extremo. Carme Garrigó me pareció sosa y no sé muy bien qué expresaban ni ella ni la bailarina que le acompañaba. La frase "la fragua de vulcano" que se usó para la promoción me parece muy desafortunada, porque más que una percusión potente o visceral hablamos aquí de lo contrario. Un uso muy amplio de objetos percusivos pero con un resultado bastante mediocre. Asimismo, Bèstia Ferida, el proyecto de Cunnigham, no me transmitió gran cosa pero tampoco me atrevo a decir que careciera de calidad.
En cambio, La Orquesta del Caballo Ganador llevó a cabo ayer una actuación muy estimulante, en la que se palpaba una compenetración y una coherencia como pocas veces he visto. La idea es efectuar un espéctaculo dirigido, en el que el público no sólo disfruta con lo variado de los estilos que van surgiendo y lo improvisado del espectáculo, asi como del tono irreverente y divertido de la propuesta, sino que incluso participa como elemento sonoro. Al igual que el director (usando un lenguaje corporal propio y acordado, nada que ver con un director de orquesta tradicional) controla a la orquesta, también con gestos previamente explicados hace que el público emita sonidos o use, por ejemplo, las llaves como improvisados instrumentos. Desde luego ha sido una experiencia muy estimulante. Todos los componentes de la orquesta eran buenos en su ámbito, pero en conjunto funcionaba porque se olvidaban completamente de protagonismos y a ratos se les podía ver disfrutando realmente, casi extáticos. En cuanto a lo que se podía oir, pasaba del estilo jazzístico, al punk y al ruido por momentos. A mí me gustó especialmente la parte central del concierto, con Dani Blue dirigiendo, un personaje que tiene una intuición envidiable en cuanto a lo que "pedía" el momento. Salí realmente contenta y satisfecha con la experiencia. Desde luego voy a asistir a sus conciertos sin falta.
Editaré cuando cuelguen fotos del evento (imagino que cuando acabe el festival).
En cambio, La Orquesta del Caballo Ganador llevó a cabo ayer una actuación muy estimulante, en la que se palpaba una compenetración y una coherencia como pocas veces he visto. La idea es efectuar un espéctaculo dirigido, en el que el público no sólo disfruta con lo variado de los estilos que van surgiendo y lo improvisado del espectáculo, asi como del tono irreverente y divertido de la propuesta, sino que incluso participa como elemento sonoro. Al igual que el director (usando un lenguaje corporal propio y acordado, nada que ver con un director de orquesta tradicional) controla a la orquesta, también con gestos previamente explicados hace que el público emita sonidos o use, por ejemplo, las llaves como improvisados instrumentos. Desde luego ha sido una experiencia muy estimulante. Todos los componentes de la orquesta eran buenos en su ámbito, pero en conjunto funcionaba porque se olvidaban completamente de protagonismos y a ratos se les podía ver disfrutando realmente, casi extáticos. En cuanto a lo que se podía oir, pasaba del estilo jazzístico, al punk y al ruido por momentos. A mí me gustó especialmente la parte central del concierto, con Dani Blue dirigiendo, un personaje que tiene una intuición envidiable en cuanto a lo que "pedía" el momento. Salí realmente contenta y satisfecha con la experiencia. Desde luego voy a asistir a sus conciertos sin falta.
Editaré cuando cuelguen fotos del evento (imagino que cuando acabe el festival).
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