Así se llama el libro de fotografías sobre refugios que ha recopilado Richard Koss en sus viajes alrededor del mundo. El mundo de los refugios es fascinante: ya sea en caso de desastre causado por armas nucleares, químicas o biológicas, una de estas construcciones debe ser capaz de poder mantener con vida a los ocupantes para los que está diseñada, albergando suficiente comida y suministrando aire filtrado. Por eso hay pocos de ellos que realmente estén preparados para ser ocupados de inmediato, normalmente están dejados y necesitarían una puesta a punto para poder ser usados, proceso que puede durar semanas. Eso los hace bastante inútiles en caso de que algo grave realmente ocurriera.
Otro punto interesante es hasta qué límites puede llegar alguien a esforzarse en construir un refugio y por hacerlo más o menos "cómodo". El hecho de decorarlo implica una seguridad en que lo peor sucederá, y además, incluso los más pesimistas de nosotros seríamos demasiado vagos en general para invertir tantas horas en habilitar unco. Muchos fanáticos religiosos sienten que serán los únicos habitantes de un nuevo edén o algo así, el típico síndrome de "el elegido". Otros tienen tal claridad de ideas como para saber que podrían soportar tiempo bajo tierra, esperar a que las condiciones sean tolerables y luego salir, actitud realmente admirable. Han habido diferentes oleadas en la fiebre de construir refugios, destacando la de Estados Unidos en los 50 y la que se produjo ante esos avisos sobre el fin del mundo en el año 90 del pasado siglo y en 2000. Como curiosidad, es poco conocido que en Zürich hay un enorme refugio público que puede alojar a toda la población.
Otro punto interesante es hasta qué límites puede llegar alguien a esforzarse en construir un refugio y por hacerlo más o menos "cómodo". El hecho de decorarlo implica una seguridad en que lo peor sucederá, y además, incluso los más pesimistas de nosotros seríamos demasiado vagos en general para invertir tantas horas en habilitar unco. Muchos fanáticos religiosos sienten que serán los únicos habitantes de un nuevo edén o algo así, el típico síndrome de "el elegido". Otros tienen tal claridad de ideas como para saber que podrían soportar tiempo bajo tierra, esperar a que las condiciones sean tolerables y luego salir, actitud realmente admirable. Han habido diferentes oleadas en la fiebre de construir refugios, destacando la de Estados Unidos en los 50 y la que se produjo ante esos avisos sobre el fin del mundo en el año 90 del pasado siglo y en 2000. Como curiosidad, es poco conocido que en Zürich hay un enorme refugio público que puede alojar a toda la población.
Refugio Charlie Hull en Montana. Un refugio para 9o familias miembros de la Elizabeth Clare Prophet Church, que predijo el Día del Juicio Final para el 15 de Marzo de 1990. Por razones obvias ha quedado bastante fuera de favor. 
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