lunes, 22 de junio de 2009

Pensamientos sobre el mundo del blogueo y otros

Mis entradas ahora mismo tienen una frecuencia casi diaria, y eso es algo que me ha hecho preguntarme cosas como qué hago yo aquí, si esto lo lee alguien, etc. Mi relación con internet empezó de una manera en la que, francamente, no exploté todas sus posibilidades. Sólo lo utilizaba para el correo, bajar música febrilmente, y participar muy activamente en un foro sobre gatos (XD) y algunos sobre cine clásico. Y antes de eso no tenia velocidad ni para lo mencionado. Posteriormente, se sucedieron épocas en las que podía tener o no tener acceso a la conexión, con lo que me adaptaba un poco a lo que tenía. Y cuando disponía de velocidad, poder disfrutar de películas curiosas y que no se podían encontrar en la mayoría de las ocasiones a la venta era mi obsesión, y me parecía una pérdida de tiempo dedicarme a otras cosas. Recuerdo leer sobre la fiebre bloguera, pero lo poco que curioseé no me gustó en su momento, veia muchas cosas mal escritas o poco interesantes, o sea que vi esa fiebre con mirada ladeada y cierto desdén. Pensé que con el tiempo ya podría recuperar los que valieran la pena. Y ahora, años después, veo que me he perdido cosas muy interesantes y que me podrían haber hecho contactar un poco con lo que hay ahí fuera, o sea, ver que hay gente que no sólo tiene intereses parecidos a los míos, sino que escribe de maravilla sobre ello. Ahora que todo el mundo ya tiene sus blogs favoritos y tal, yo empiezo a descubrirlos.
En fin, que mirando/descubriendo/leyendo blogs, como decía, he encontrado cosas realmente buenas. Antes de que se generalizara el uso de internet, en los 90, ya empecé a desconfiar del criterio de los periodista de carrera sobre ciertas cosas y a disfrutar con el conocimiento especializado en un área concreta de algunos escritores amateur. Ahora veo con satisfacción como abundan blogs muy especiales, y esa gente ha encontrado un medio de que su talento no pase desapercibido, llegando a veces a profesionalizarse y obtener algún beneficio de ello. Y todo esto me ha hecho pensar en el sentido que tiene lo mio. No estoy realmente muy especializado en nada, porque me interesan demasiadas cosas, mientras el bloguero pro suele saber mucho de algo. No hay apenas gente que disfrute y tenga a la vez buen gusto en cómics, en cine y en música; normalmente si te gusta mucho una cosa y te obsesionas, en lo otro no entras. Y yo como mucho sé un poco de música electrónica, y además sólo de un tipo. Y de literatura puede ser.. de lo demás solo un poco. Tiene narices.
Total, que pensando estas cosas, y acomplejado por la poca calidad de lo que yo escribo, he tenido que recordar los motivos por los que empecé esto, y también el porqué deseo que las cosas sean exactamente así (bueno, quizás estaría bien que más de dos personas leyeran lo que pongo, pero eso es cuestión de mejorar dia a dia e intentar darle una forma interesante a mis desbarres). Yo empecé esto para divertirme, para poner lo que me apetezca, sin ningún tipo de presión, ya sea de lectores, o presión por hablar de la actualidad. A ver, si yo descubro una serie años después de que se ponga de moda (me ha pasado con Lost), o a un director, o lo que sea, quiero sentir la libertad de que puedo hablar de ello aunque sea un tema pasado, que ya no sea de actualidad. También lo opuesto, poder pasar de hablar de algo que sea actual porque no me apetezca. Y esa libertad no la tienen esos blogs profesionalizados. Y algo mucho peor, veo que muchas veces, los seguidores de un blog pueden ser implacables. Un blog puede empezar a generar expectativas y tener muchos seguidores. Algunos de ellos ya tienen un nivel de exigencia muy algo, y el dia que el bloguero no esté tan inspirado y no colme sus exigencias pueden llegar a ser crueles. Es una actitud "entertain me". Vamos, que esto para mi es un desahogo más que otra cosa. Y que es imprescindible que sea anónimo y así quede, para poder dar rienda suelta a cualquier cosa.
En fin, menudo rollo he soltado. Y siguiendo con cosas personales, y sin que sirva de precedente (o quizás sí). El otro día conocí a una persona que podría ser perfectamente mi pareja ideal. ¿sabéis eso que ocurre cuando charlas con alguien y ves que has compartido experiencias infantiles, hay una manera de ver las cosas similar, te ries mucho, hay complicidad, etc? Es imposible no obstante que la cosa se materialice en algo, y sé porqué. Por la vida, que nos estropea. Nuestras experiencias de mierda, la gente con la que nos hemos topado y que nos ha hecho daño, también por lo que es la vida adulta, sus compromisos, sus condicionantes. ¿no os parece triste cuando pasa eso? ¿cuando sabes que quizás en otro momento la cosa habría fluido de otro modo? Y es que es lo malo, que lo que nos une es nuestra parte infantil y pura, y lo que nos separa es todo lo otro. Que he sentido el deseo de poder viajar al pasado y saludar. Decir aquí estoy, sé que vamos a estar muy bien juntos. Pero lo sé con el conocimiento que tengo ahora, claro. Puede que en el pasado no nos hubieramos ni percatado de la existencia del otro. Además curiosamente sí coincidimos en el tiempo hace años sin mirarnos realmente... supongo que tenía que ser así.


Querer cambiar el pasado es tan inútil como la máquina del tiempo del tío Rico

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