Para empezar actuó Juan Matos Capote, un hombre formado en el circuit-bending que hizo cosas muy interesantes con elementos analógicos, efectos y osciladores, por lo visto construidos por él mismo. Nada que objetar, había momentos muy intensos y el concierto fue suficientemente variado.
Keiichiro Shibuya estuvo impecable pero no me gustó tanto lo que ofrecía en comparación con el último concierto suyo que vi. Precisamente la publicidad que se hizo del evento, hablando de su afinidad de sonido con Raster-Noton, jugó una mala pasada. Anoche Shibuya estuvo totalmente ruidista y ningún ritmo en su onda habitual se pudo apreciar, con lo que resultó un concierto bastante más duro de lo que podía esperarse. Tampoco ayudó mucho para el humor del concierto el hecho de que el público se sentara en el suelo, como si se tratara de un concierto de ambient. Fue uno de los mayores cortes de rollo en un concierto de mi vida.
Pero la parte más negativa del evento fue ver como la demostración de Reactable a cargo de Carles López. Siendo un instrumento con muchas posibilidades de experimentación, la demostración fue de estilo techno, una salida decepcionante. Con eso ya me echaron de la sala definitivamente. También comentar sobre el dj, Roc Jiménez, que ejercía entre actuación y actuación. Y esto y el final techno es en lo que se fomenta más mi queja. Mezclar experimental con ruidismo y finalizar en modo techno, aderezando todo con un dj que ponía electroacústica de lo más árida, no ayudaba mucho. Mi sensación, en definitiva, fue de desconcierto y de desaprovechamiento de una ocasión que podría haber dado más jugo, y sin llegar a esos extremismos tanto en lo fácil (la demo de Reactable) y en lo difícil (la música de continuidad totalmente inapropiada).
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